Los empresarios a cargo de las fiestas de fin de año más polémicas de los últimos tiempos cancelaron los eventos que habían anunciado para el 24 y el 31 de diciembre porque, dicen, no pudieron garantizar que los concurrentes tuviesen la seguridad necesaria. La cancelación se anunció cuando ya se habían empezado a vender las entradas, por lo que el público que compró recibirá la plata que puso por la misma vía por la que la entregó.