Rápidamente, el terapista se ocupó de atender y estabilizar al hombre descompensado. El pasajero de nacionalidad chilena tenía antecedentes de cardiopatías, era hipertenso y diabético.
“Estaba con un cuadro compatible con un infarto que nosotros llamamos síndrome coronario agudo”, explicó el médico al medio misionero.
También comentó que el piloto le ofreció hacer un aterrizaje de emergencia en las ciudades de Rosario o en Resistencia si era necesario, pero que ese entonces el paciente ya había sido medicado.
“Con la asistencia de la tripulación, y gracias a que el avión contaba con todas las herramientas (incluido un cardio desfibrilador y oxígeno en tubo), procedí a hacerle una vía porque el paciente saturaba al 78%, se le dio oxígeno y lo medicamos con unas drogas específicas para estos cuadros de infarto. De a poco, fue remitiendo el dolor de pecho y estabilizándose”, detalló el terapista.
Cuando la aeronave aterrizó en el aeropuerto de Posadas, una ambulancia lo derivó a un centro asistencial. En ese momento, el pasajero “estaba totalmente lúcido y compensado”, sostuvo el médico, que bajó del avión en medio de los aplausos del resto de la tripulación.