Tras la mala imagen en el pálido empate ante Unión, el Xeneize logró un buen triunfo en La Bombonera. Medina hizo una jugada de Riquelme para asistir al goleador.
Más allá de que está muy lejos de River y el rendimiento general en el torneo fue muy malo, Boca encontró motivos para sonreir, de cara al futuro. Con una actuación general destacada, con varios puntos altos desde lo colectivo y lo individual, el Xeneize le ganó bien a Huracán con el gol de Luis Vázquez. El delantero sigue con la racha goleadora y la sequía parece haber quedado atrás. Esta vez, definió con un toque preciso, con la punta del botín, tras una exquisita jugada de Cristian Medina, que hizo una maniobra propia de Juan Román Riquelme.
Con buenas tareas de Barco y Medina, el elenco que conduce Jorge Almirón fue superior en todos los aspectos del juego, una buena señal de cara al futuro. El Globo está en una posición comprometida: en zona de descenso, con tímidas señales de mejora. Diego Martínez todavía no dio con la tecla para la transformación de un plantel apagado.
A veces fueron malos controles, otras definiciones desacertadas, lo cierto es que el visitante desperdició varias ocasiones muy propicias.
Otro aspecto destacado de la noche de ayer fue la reaparición de Darío Benedetto, tras su lesión. El goleador entró a jugar los últimos diez minutos del partido y la hinchada le regaló una ovación.
En el complemento, en general Boca pudo defenderse mejor sin perder el dominio ni dejar de atacar con todo a su rival. Y enseguida encontró premio, porque a los 12 se produjo el golazo de Vázquez.
Después, trató de afirmarse en el medio, no arriesgar más de la cuenta, y controlar las acciones sin exponerse a los ataques del Globo. Almirón machacó mucho sobre la necesidad de no descubrirse ni permitir que el rival llegue en superioridad númerica en sus avances.
Y Boca se defendió correctamente, aseguró la victoria y ya está en zona de clasifiación a la Sudamericana. Es poco, sí, pero teniendo en cuenta su mal arranque, sus hinchas lo disfrutan.