Un estudio de la UBA el efecto multiplicador que tuvo la obra sobre el empleo y las economías locales de las cuatro provincias que atraviesa la traza .
La obra del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK) no sólo tiene trascendencia para el desarrollo gasífero de Vaca Muerta y la balanza energética, sino también un importante efecto multiplicador en las economías locales de las cuatro provincias que atraviesa su traza.
Un informe elaborado por la Facultad de Ciencia Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y Enarsa detalla el impacto social, económico y productivo.
La inversión en el GPNK asciende a unos $310 mil millones de pesos (US$2.524 millones), una suma que incrementó el Valor Bruto de la Producción de la economía en $540 mil millones (valuados a junio 2022). Es decir, por de cada peso invertido en la construcción del gasoducto se generaron $0,74 adicionales en el resto de la economía.
Además, la inversión equivale al 0,4% del PIB de la Argentina de 2022 y al 12,1% del Producto Bruto Geográfico del Área de Influencia del proyecto, compuesta por los departamentos de Añelo, en la provincia de Neuquén; Gral. Roca, en Río Negro; Puelén, Limay Mahuida, Curacó, Utracán y Atreucó, en La Pampa; Adolfo Alsina, Guaminí, Tres Lomas, Salliqueló, Hipólito Yrigoyen, Carlos Casares, Exaltación de la Cruz, Luján, Mercedes, Navarro, San Andrés de Giles y Zárate, en la Provincia de Buenos Aires.
Según el informe de Sociales de la UBA y Enarsa, los sectores econonmicos más beneficiados fueron la industria manufacturera, la construcción, la explotación de minas y canteras y el comercio.
Empleo
Se estima que una vez finalizada la obra se habrán generado 3.873 empleos directos asociados con la construcción del gasoducto. Además, se generaron 36.017 empleos indirectos e inducidos, por el efecto multiplicador de la demanda de insumos a los proveedores y por el mayor consumo de los hogares, que a su vez adquieren bienes y servicios que, para su producción, requieren de nuevos puestos de trabajo.
Entre los sectores con mayor generación de empleo se destacan la Industria manufacturera (42,5%), Comercio (18%), Construcción (10,3%), Actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler (7%), Transporte, almacenamiento y comunicaciones (5,2%) y Hoteles y restaurantes (4,1%).
Se movilizaron hacia la zona del GPNK trabajadores de más de 540 localidades de todo el país en tiempo récord. Tanto los obreros como empresarios y gremios entrevistados para la elaboración del informe valoraron el acceso de las personas a un primer empleo formal, así como también la formación en oficios específicos. También tuvo un impacto sobre la población joven, que es mayoritaria en los empleos menos calificados y que accede por primera vez a un trabajo formal.
En las zonas no petroleras, los obreros y gremialistas pusieron en relieve el acceso a trabajos con salarios excepcionales para las personas de localidades ajenas a la industria hidrocarburífera. El empleo en el GPNK les permitió “contar con un colchón de dinero extra”.
El territorio
La obra se desarrolla en una gran extensión territorial con baja densidad poblacional y centrada en actividades económicas primarias (minera y agropecuaria).
La primera etapa del gasoducto recorre 573 kilómetros y atraviesa 4 provincias. Su área de influencia abarca 102.497 km2, donde viven menos de 1 millón de personas, un 2% de La población total del país. La densidad poblacional es de 9 hab/km2, siendo La media nacional 16,5 hab/km2 .
Además, sus beneficios llegaron a los sectores más postergados de la población, según destaca el informe de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. Por ejemplo, en Catriel, la demanda de ayuda social cayó un 30%; en General Acha, las viandas en el comedor municipal pasaron de 130 entregas diarias antes de la obra a 82; en Macachín la demanda de viandas que asistía a 40 familias pasó del 100 a 70.
A su vez, el movimiento generó actividad económica en las localidades. Los rubros en los que más se registró el impacto positivo en la actividad comercial fueron los de gastronomía, venta de alimentos y bebidas, hotelería, hospedaje y alquiler de viviendas.
“El impacto de la obra en el sector hotelero e inmobiliario fue rotundo. La ocupación de plazas experimentó un crecimiento significativo en todas las localidades y los precios del sector mostraron una tendencia al alza. La tasa de ocupación de las habitaciones en todas las ciudades desde el inicio de la obra GPNK oscila entre el 70% y 95%”, indica el estudio.
Las transformaciones del mercado inmobiliario fue desigual en las localidades. En casos como el de General Acha y Macachín, la percepción de fuertes incrementos fue más marcada. En el caso de Catriel, la percepción fue menor, debido a que se trata de una ciudad petrolera en la que los ciclos de esta actividad presionan sobre el precio de los alquileres, que tienden al alza ante la menor oferta producida por la llegada de personal de las empresas.