Leo, que venía de sufrir varias molestias musculares, dejó destellos de su talento y estuvo cerca de marcar su tanto en el 1-1 entre el Inter de Miami y el club de sus amores.

La presencia de Lionel Messi encandiló a todos en la última presentación del Inter de Miami durante la pretemporada, en el marco de un encuentro más especial: en la Florida, del otro lado estaba su amado Newell’s, que viajó a tierras norteamericanas únicamente para disputar el duelo amistoso frente a las Garzas. El 10 tuvo varias ocasiones para convertirle a la Lepra, pero quedó a las puertas de anotar su gol y salió reemplazado a la hora de juego.

Leo, que venía de disfrutar de apenas unos pocos minutos en el cotejo frente al Vissel Kobe japonés, una vez más flotó en ataque y ofició de asistidor para Diego Gómez y Luis Suárez, de pólvora mojada. El elenco estadounidense mostró muchas deficiencias para generar jugadas y dependió pura y exclusivamente de la magia del astro rosarino, que se encendió recién pasados los 15 minutos. Antes, brilló por su ausencia y apenas tomó contacto con el balón para dar pases cortos en el mediocampo.

A los 21′, el VAR revisó un posible penal de Leonardo Vangioni sobre el ariete uruguayo, pero el árbitro Rubiel Vázquez desestimó la acción con un método novedoso: le comunicó su decisión a todo el estadio a través de un altavoz. Incluso, el conjunto comandado por Mauricio Larriera contó con la oportunidad de abrir el marcador, pero Drake Callender le atajó un remate a quemarropa al Colo Juan Ramírez, uno de los máximos goleadores de la actual edición de la Copa de la Liga.

Al rato, el mejor futbolista del planeta frotó la lámpara: dejó en el camino a tres hombres con un movimiento de papi fútbol y, con poco ángulo, intentó colocar la pelota pegada a un palo, pero su tiro se fue apenas afuera. Poco después, tras la salida de Éver Banega -consensuada con el DT ante la inminencia de duelos por el campeonato doméstico-, el crack ex Barcelona ensayó un tiro libre que no se convirtió en el 1-0 de milagro. Su definición hasta generó la risa nerviosa de Lucas Hoyos, pasmado ante la calidad del fantasista.

Casi al cierre de la primera mitad, Messi le dio una asistencia precisa a Gómez que el paraguayo marró de forma insólita cuando estaba cara a cara con el arquero rival. Ya en el complemento, el campeón del mundo con la Selección Argentina volvió a hacer de las suyas y, después de sacarse de encima a Jeremías Pérez Tica, lanzó un disparo que se fue desviado. Cuando parecía que todavía había lugar para la magia de la Pulga por un rato más, el Tata Martino lo sacó a los 60 minutos para que la gran estrella se ganara una ovación en el DRV PNK Stadium.

Sin la leyenda en cancha, el equipo apadrinado por David Beckham encontró el gol mediante un tiro de esquina: Shanyder Borgelin aprovechó un centro a la cabeza para estampar el tanto inicial del pleito. De todos modos, a los 82′, y luego de una pésima salida del Inter, Franco Díaz estampó la merecida igualdad. El 1-1, a la postre, fue anecdótico: se trató de la excusa ideal para regocijarse con el show del rosarino.