El equipo del Tata Martino sufrió ante Nashville, pero los goles de Leo y Lucho aminoraron el golpe y definen la serie de local.
Nashville es un equipo duro. Ya lo había demostrado en la final de la Leagues Cup y en la MLS. Ahora, el Inter Miami lo volvió a sufrir por la Concachampions. Los de Tennessee hicieron un partidazo en su casa, pero no pudieron ganar. Cuando parecía que se iban a quedar con la ida de los octavos de final, aparecieron las estrellas. Los locales pudieron haber hecho más goles, pero dejaron con vida a Las Garzas, que encontraron el descuento en la zurda mágica de Lionel Messi y el empate en la cabeza de Luis Suárez, que selló el 2-2.
El equipo del Tata Martino es dos en uno. En ataque se luce, en defensa sufre. Inter Miami, como siempre, comenzó manejando la pelota. Pero recibió un inesperado baldazo de agua fría. A los cuatro minutos, Nashville agarró dormida a la defensa: Shaq Moore apiló varios jugadores y asistió a Jacob Shaffelburg, que sacó un bombazo imposible para Drake Callender.
Las más claras de la primera parte fueron para Nashville, que pudo haberse ido al descanso ganando por más goles de no ser por Nicolás Freire, que despejó una remate sobre la línea, y Drake Callender, que tuvo una buena atajada sobre Hany Mukhtar. La única llegada peligrosa del Inter Miami se produjo por un centro atrás de Noah Allen, que Messi conectó de primera y casi clava en un ángulo.

Cuando se estaba terminando el primer tiempo llegó el primer desajuste de Nashville en defensa, pero Inter Miami no lo pudo aprovechar: Messi se encontró con una pelota dentro del área y, tras una gambeta, intentó picarse al arquero, que achicó bien y le impidió el empate.
El inicio del complemento fue un calco al del primer tiempo. Inter Miami incómodo y, tras un error de Drake Callender en la salida, el canadiense Jacob Shaffelburg sacó un fierrazo que se clavó en el ángulo. Al minuto de juego los locales ya estaban 2-0. Y tres minutos más tarde Tyler Boyd tuvo el tercero, pero el zurdazo se fue cerca del palo.
El gol del astro argentino despertó al Inter Miami, que fue en busca de más. A los 11 minutos, un buen centro rasante encontró a Diego Gómez entrando solo por el medio. El volante paraguayo la empujó y puso el 2-2. Sin embargo, el línea levantó la bandera y cobró offside. Y, efectivamente, lo era. El VAR corroboró el cobro y le dio la razón.
Cuando se estaba bajando el telón del partido, el lateral izquierdo Shaquell Moore, que dio la asistencia en el 1-0, entró al área y, tras un enganche, definió cual delantero para poner el 3-1. Un golpazo para el Inter Miami. Aunque el VAR intervino por un offisde previo en la jugada y se anuló el gol de Nashville.
El árbitro agregó siete minutos, una eternidad para un Nashville que ya había bajado las persianas y se había conformado con el 2-1. Y ese fue el peor erro que pudieron haber cometido. Metidos dentro de su propia área, un centro de Sergio Busquets cayó en el punto de penal, donde estaba Luis Suárez, de discreto partido, para anotar el 2-2 a los 95 minutos. Agónico. Heroico. Fundamental.