En medio de una crisis sanitaria y la declaración de su emergencia, se conoció que aumentó en un 54% la tasa de mortalidad infantil durante el año 2023, en recién nacidos.

El ministerio de Salud apunta a mejorar los servicios y su acceso en Neuquén. Foto: Matías Subat.

La provincia de Neuquén, que solía tener uno de los menores índices de mortalidad infantil del país, ahora enfrenta una impactante realidad: un informe del ministerio de Salud arrojó que la tasa aumentó un 54% durante el año 2023, en comparación con el año anterior, mayormente en neonatos. Los números se conocen en medio de una crisis sanitaria denunciada por médicos y la reciente declaración de emergencia que declaró la Legislatura.

Según datos preliminares, la tasa de mortalidad infantil alcanzó los 6,5 fallecimientos por cada mil nacidos vivos en 2023, marcando la cifra más alta de los últimos seis años en Neuquén. La subsecretaria del Ministerio de Salud, Silvina Mastrángelo, advirtió que esta cifra representa un total de 44 defunciones en menores de un año.

Los casos se dividen en posneonatales (de 28 días a 11 meses) y neonatos (de cero a 27 días), siendo en este último grupo donde se ve el mayor incremento.  

“Es una situación preocupante, pero no es catastrófica, hay que analizar las causas”, aseguró la funcionaria. Para esto, explicó que existe el Comité de Análisis de Muerte Materna que “están empezando a trabajar ahora caso por caso”.

En cuanto a las causas, la subsecretaria comentó que hay algunas neonatales que son reducibles: “Estas tienen que ver con el control del embarazo, la atención del parto, con la atención del recién nacido en el período perinatal” y observó que “esas también se llevan el número mayor de estas muertes”.

La subsecretaria también señaló que los retrasos en las consultas médicas, posiblemente atribuidos a la escasez de disponibilidad, y la baja cobertura de vacunación en embarazadas, agravan la situación.

Mastrángelo subrayó la importancia de un seguimiento temprano del embarazo para evitar riesgos y garantizar un parto seguro.

Además, destacó el descenso de los índices de natalidad tanto a nivel nacional como provincial, sugiriendo que esto podría estar contribuyendo al aumento relativo de la mortalidad infantil. En este complejo panorama, consideró: «Son muchas las variables que hay que tener en cuenta, cuando hay menor nacimiento, estas tasas se mueven con más facilidad». 


Aumento de la mortalidad infantil en medio de la crisis sanitaria y los bajos niveles de vacunación


Si bien los altos niveles de mortalidad infantil se dan en neonatos y algunas de las causas se relacionan con cuestiones preconcepcionales o genéticas, desde el gobierno provincial identificaron que la falta de control por las condiciones en las que se encuentra el sistema de salud también incide. 

“Tenemos un porcentaje bajo de cobertura de vacunas en embarazadas, eso es cierto, es de un 80% cuando deberíamos tener arriba del 95%”, señaló la subsecretaria de Salud.
El propio gobernador Rolando Figueroa, en su discurso de inicio de sesiones en la Legislatura, advirtió que, en la provincia, “nunca se vio faltante de vacunas, sino más bien hubo una ausencia de un Estado que garantice el acceso a la información necesaria respecto a la importancia de cumplir con todos los esquemas de vacunación”.
Mastrángelo indicó que hay un déficit en el control de las embarazadas y dijo que a veces “no es tan fácil conseguir turno, tenemos que mejorar como sistema”. 
Al mismo tiempo, reconoció que “en algunos lugares hay déficit de profesionales”. Estas declaraciones se le suman a los cuestionamientos del Sindicato de Profesionales de la Salud Pública de Neuquén (Siprosapune) por la reciente declaración de emergencia sanitaria que solo contempló la falta de insumos y no abordó otras falencias del sistema.
Una de sus principales críticas fue que no se planteó en la iniciativa cómo se va a resolver la falta de recursos humanos.
El secretario de Asuntos Laborales de Siprosapune, Fabricio Chiappero, señaló que coinciden con el diagnóstico que se hace que “el sistema está en crisis”. Dijo que en la iniciativa se hace hincapié en la falta de insumos y medicamentos, y reconoce la escasez de profesionales, pero señaló que, sobre lo último, “no dan ninguna pauta clara de cómo van a solucionar ese problema”.

“Lamentablemente, se fueron perdiendo recursos humanos capacitados, profesionales con residencia y con especialidades«, comentó.

Además del trabajo que implicará la reciente declaración de la emergencia sanitaria, el ministerio de Salud también deberá tratar la falta de profesionales y la accesibilidad.

«Hay que reacomodar procesos de atención y volver a poner en el eje a nuestros beneficiarios, a la persona usuaria del sistema, al paciente. Eso tiene que estar en el eje de todos los que estamos trabajando en el sistema de salud”, manifestó.

El aumento de la mortalidad infantil refleja las falencias del sistema y Mastrangelo consideró «no deja de ser una oportunidad, por decirlo de alguna manera, de mejorarlo».