La mezcla de reggaetón y nü metal se llevaron la última noche del festival que una vez más se celebró en el Hipódromo de San Isidro.

Feid en Lollapalooza. 

¿El cielo es el límite? Para Feid no y por eso lleva su show mucho más allá del escenario. Antes de salir a cerrar este Lollapalooza Argentina 2024 en la noche del domingo, unos 300 drones sobrevolaron a la multitud y proyectaron un show de luces que formaron distintas figuras. Primero, una bandera argentina con el mensaje «ARGENTINA MOR». Después, una cara sonriente, un sol psicodélico, rayos de tormenta y hasta los anteojos que son el símbolo del artista con la leyenda «FER XXO», algo que durante la jornada ya se había visto como accesorio en el outfit de los fans del reggaetonero colombiano.

Un comercial anunciaba que el «Sapo Perreitor está disponible hoy en la Argentina». Se trata de un monster car con cara de pícaro al mejor estilo Cars que también es parte de la iconografía del nacido en Medellín. Y que al encenderse las luces se reveló en el centro de la escenografía junto con el rapero y por delante de una pista con un rulo gigante. El alarido mayormente femenino se multiplicó aun más cuando empezó a sonar «Fumeteo», la primera de la noche y para la cual salió acompañado por el guitarrista Pedro Mejía, quien llevaba pintado de verde su instrumento, tal es el color que caracteriza a Feid. Todo estaba en su lugar.

Promiscuidad, alcohol, drogas, corazones rotos, fronteo... Los tópicos típicos del género estuvieron ahí y quienes fueron a buscar eso, lo obtuvieron y tanto no les importó escuchar más a la pista que la voz del rapero paisa: lo que valía era cantar en directo esos temas que suben la temperatura de la disco cada fin de semana. «Castigo», «La inocente», «Normal» y más se sucedieron en continuidad como para mantener la intensidad del tono fiestero a tope. Luego bajó un cambio para unirse al guitarrista y darle forma al momento más intimista con la balada «Porfa». E inmediatamente volvió al mood anterior con «El cielo».

«No lo tengo que presentar, él es un OG, mor», dijo antes de «Ultra Solo (Remix)» y entró en escena De La Ghetto para secundarlo. El público quedó sorprendido con la presencia de uno de los íconos de la primera ola del reggaetón, quien se quedó un rato más para hacer las propias «Fronteamos porque podemos» (grabada originalmente junto a Daddy Yankee) y «Tú te imaginas». «Quiero una bulla para el primer latino reggaetonero headliner del Lollapalooza. Esto es para la cultura, mi gente», dijo el nacido en el Bronx estadounidense como para darle marco de «histórico» a este show.

«Yo quiero que miren para allá, miren qué bonita que está hoy para nosotros, mor», dijo Feid y pidió que la atención se fuera por un momento de las figuras que proyectaban sus drones y apuntaran hacia la luna, que aparecía reluciente y sin una nube alrededor. Una referencia a la última de la noche, titulada «Luna», el tema más pedido por su público. Una lluvia de papelitos plateados, fuegos artificiales y un último solo de guitarra coronaron el momento y toda la jornada.

Limp Bizkit en Lollapalooza

Antes, Limp Bizkit juntó a una verdadera multitud sedienta de pogo y de revivir por un instante la época dorada del nü metal, esa que casi ni llegó en forma de influencia hacia los artistas locales pero sí lo hizo a través de los videoclips que emitía MTV hace 25 años. Si bien la actitud dura y aceitada del grupo se mantenía inalterable como en sus épocas de gloria, algunas cosas cambiaron sensiblemente: el líder Fred Durst ya no usa la gorra con la visera hacia atrás, sino que ahora la lleva para adelante. Y también luce una tupida barba blanca, unas gafas espejadas y un colorido conjunto deportivo de siré, como si estuviera listo para salir a esquiar.

El tiempo pasa pero el grupo estadounidense igualmente enfocó su breve repertorio seleccionando diez canciones de sus álbumes más conocidos, «Significant Other» y «Chocolate Starfish and the Hot Dog Flavored Water». Pura retromanía que se activó en forma de saltos violentos ni bien sonaron los primeros acordes de «Break Stuff». A continuación, el guitarrista Wes Borland -siempre disfrazado, esta vez de calavera mexicana- emprendió el riff de «Misión Imposible» para que la multitud la coreara y terminara transformándose en «Take a Look Around». La potencia de las cuerdas entró en diálogo con el scratching de DJ Lethal y juntos le dieron forma a temas como «Hot Dog» y «Rollin'». Todo sonaba como si aún estuviéramos en el año 2000.

La ultra distorsión bajó por un instante cuando el grupo interpretó en forma de balada «Behind Blue Eyes», original de The Who. Y no fue el único cover que metieron en su show, ya que más adelante recrearon el furioso rap rock «Killing in the Name» de Rage Against The Machine. Para el final, repitieron «Break Stuff» a la vieja usanza de los bises y se despidieron. Como último gesto, el dj soltó «Jump Around» (House Of Pain) y los que se quedaron con ganas de saltar, lo hicieron por última vez.

Antes, Thirty Seconds to Mars dio un show verdaderamente argentinísimo. El líder Jared Leto salió a escena con una enorme bandera argentina y, mientras entre el público se soltó una lluvia de globos negros, el grupo emprendió su furia emo con canciones como «Up in the Air», «Kings and Queens» y «This Is War».

Ataviado con una túnica roja con volados, el también actor no paró de decirle a su multitud lo mucho que la quería y que el que estaba dando era el mejor show de su carrera. Y si bien el público parecía muy satisfecho hasta ahí, reaccionaron con un estruendoso alarido al descubrir que Pato Sardelli se sumó para hacer una versión incendiaria de «The Kill (Bury Me)». Mientras el guitarrista de Airbag estiraba los solos, el cantante hizo un stage diving para sentir bien de cerca el calor humano del «mejor público del mundo», según definieron distintos artistas en todos estos años. «Por favor, hagan mucho ruido para su guitar hero local, baby», pidió Leto una vez que volvió al centro del escenario y al terminar la canción.

A continuación, volvió a sorprender cuando llamó al escenario a Paulo Londra. El rapero cordobés ingresó al stage con una remera de Nirvana y unos shorts de fútbol, pero en vez de cantar hizo de maestro de ceremonias. «¿Cómo anda mi genteeee? ¿Como la están pasando? ¿La está rompiendo o no? Gracias Jared por este momento», dijo Londra. «Sé que hace bastante que no está arriba del escenario pero queremos hacer algo loco para esta última canción», anunció Leto y así Paulo se encargó de elegir a personas entre el público para que suban a las tablas con ellos. Así, con una treintena de fanáticos siguiendo todo desde arriba, el grupo emprendió un final extasiado con «Closer To The Edge». «Argentina, te amo, I love you so much, nos vemos pronto», auguró el actor.

Durante estos tres días, pasaron alrededor de 300 mil personas por el Hipódromo de San Isidro para disfrutar de Lollapalooza Argentina 2024. Con más de cien shows, el evento vuelve a consolidarse como uno de los festivales de música más importantes del país y los fanáticos ya están esperando que se anuncie una próxima cita el año que viene.