El intrigante mundo del «problema de los tres cuerpos» debe su origen a la obra de Liu Cixin hasta los recientes avances científicos que desafían los límites del conocimiento astronómico.
El principio fundamental de la novela El Problema de los Tres Cuerpos, adaptada ahora como serie de Netflix, se resume en la máxima «Donde caben dos, no caben tres». En esta obra de Liu Cixin, se exploran los desafíos astronómicos asociados con la interacción entre tres o más cuerpos celestes, sean planetas, lunas o soles.
Los sistemas dinámicos, que incluyen este problema, plantean numerosas incógnitas aún por resolver en la actualidad. Aunque las simulaciones por computadora han acercado a la ciencia a una solución, en la práctica solo se ha logrado resolver cuando uno de los cuerpos es insignificante o está muy distante, como es el caso de la relación entre la Tierra, el Sol y la Luna.
¿De qué trata la serie de Netflix?
En la serie, la complejidad de este problema se ilustra a través del planeta San-Ti, que orbita tres sistemas solares diferentes. Cuando solo está influenciado por uno de los soles, el planeta experimenta estabilidad, pero cuando entran en juego otros astros, se desata el caos gravitacional y las condiciones de vida se vuelven extremas.
A pesar de los desafíos, ha habido avances en la búsqueda de soluciones al problema de los tres cuerpos. En 2017, investigadores chinos descubrieron 1.223 soluciones probando millones de órbitas con superocomputadoras. Posteriormente, científicos de la Universidad de Sofía en Bulgaria expandieron este algoritmo, encontrando más de 12.000 soluciones adicionales.
Sin embargo, Ivan Hristov, investigador principal, señaló que el acceso a supercomputadoras más potentes podría revelar aún más soluciones, lo que sería crucial para los viajes espaciales. Aunque es poco probable que todas estas soluciones existan en la naturaleza, representan un avance significativo en nuestra comprensión de los sistemas astronómicos complejos.
La serie trata de una comunidad científica sacudida por una alarmante ola de misteriosos suicidios, por lo que el oficial de inteligencia privado Clarence Shi (Benedict Wong) y un grupo de investigadores se ven obligados a resolver un misterio del que depende la salvación del planeta. El misterio los llevará a lugares menos pensados: un misterioso videojuego de realidad virtual, flashbacks de la China revolucionaria, multimillonarios turbios y cultos religiosos.
La nueva serie de tiene lo que cautivó en las primeras temporadas de «Juego de tronos»: un mundo inmersivo con gran valor de producción, una red de conflictos personales y una amenaza existencial que marcha lentamente hacia los protagonistas.