Así lo determinaron los diputados y diputadas, al aprobar en general la ley que declara el arte de la payada como una antigua práctica de manifestación de la identidad cultural y patrimonio inmaterial que se transmite de generación en generación, recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su contexto, su interacción, su naturaleza y su historia.

Este 22 de septiembre quedará grabado en la historia cultural de la provincia, mediante la aprobación en general de la ley que declaró la payada como una antigua práctica de manifestación de la identidad cultural y patrimonio inmaterial que se transmite de generación en generación, recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su contexto, su interacción, su naturaleza y su historia.

La propuesta fue presentada en la 18° sesión ordinaria por la diputada provincial y vicepresidenta primera de la Legislatura, María Fernanda Villone quien explicó que “el canto es una de las expresiones con mayor carga identitaria, diluye límites nacionales y hermana pueblos”. Además de ser “una gran fuerza musical -con o sin texto en el que se puede reconocer las particularidades de una región por sus tradiciones musicales y lo que tienen en común con otros territorios”.

También consideró que “estas expresiones culturales inducen un sentimiento de identidad y continuidad que contribuyen a promover el respeto de la diversidad cultural y la creatividad humana”.

En otro tramo de su discurso aseguró que en la provincia “hace más de 20 años que se realizan encuentros de payadores” y agregó que “esta norma va a fortalecer la búsqueda de integrar a la actividad a la mujer payadora”.

Explicó que “se entiende por Patrimonio Cultural Inmaterial los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas que las comunidades, grupos y los individuos reconocen como parte integrante de su patrimonio cultural (definición UNESCO convenio año 2003)”.