Una de cada tres personas formalmente encuadrada en la clase media es en realidad pobre en la Argentina, según un informe elaborado por la consultora Ecolatina. De acuerdo con el último dato del INDEC del primer semestre, el 41% de la población argentina era pobre, una situación agravada por la pandemia. Pero el trabajo de Ecolatina busca ir más a fondo y analizar el fenómeno social de la «clase media empobrecida».

«Durante el cuarto trimestre de 2017, previo a la crisis del gobierno anterior, sólo el 14% de los hogares de clase media era pobre. Ese número más que se duplicó con las crisis de 2018, la de 2019 y la cuarentena de 2020 y, para el primer trimestre de 2021 (últimos datos disponibles), el 33% de los hogares de clase media fueron pobres», detalla. El estudio señala que de acuerdo con la metodología del INDEC «una persona es pobre si vive en un hogar que no cubre una canasta básica».

Así, en la Argentina la pobreza se calcula utilizando el método del ingreso. Busca establecer si los hogares cuentan con dinero suficiente para cubrir una canasta de alimentos capaz de satisfacer un umbral mínimo de necesidades energéticas y proteicas. Los hogares que no superan esa línea son considerados indigentes. Asimismo, la línea de pobreza extiende el umbral para incluir no sólo los consumos alimenticios mínimos, sino también otros básicos, indica el reporte.

Y explica en detalle que la suma de ambos «conforma la línea de pobreza». .

La valorización de esta canasta depende de los integrantes del hogar, pero también de sus características etarias y de su composición de género. Un hombre adulto necesita consumir más calorías que una mujer y ésta más que un niño. «Cada hogar necesita cubrir una canasta distinta y por lo tanto, enfrenta una línea de pobreza propia», señala el estudio.