Tras una semana de fuerte inestabilidad en la que saltaron los dólares paralelos y hubo fuertes remarcaciones en los precios de bienes durables y de consumo habitual, los economistas empeoraron sus proyecciones para la inflación mensual a no menos de 7% y prevén un IPC en 90% para 2022.
La tormenta económica que se vivió en los primeros días de julio, con la salida de Martín Guzmán y la llegada de Silvina Batakis al Ministerio de Economía, tuvo sus efectos en lo cotidiano con mercado sin precios y remarcaciones “preventivas”, ante lo que muchos esperan conduzca a una devaluación fuerte del peso.
Si bien tanto Batakis como el presidente del BCRA, Miguel Pesce, insiste en que no habrá salto abrupto en el dólar, la brecha entre el oficial y los paralelos (el blue y los financieros) se disparó por encima del 100% y la expectativa devaluatoria se profundizó en las últimas jornadas.
En ese contexto, y mientras el presidente Alberto Fernández y su ministra de Economía, analizaban este domingo “las primeras medidas” a anunciar para contener el malhumor de los mercados y frenar la alta inflación, los analistas ya dejaron de lado los cálculos hechos apenas hace unos días y empeoraron sus pronósticos para julio, los meses siguientes y el dato de cierre del año.