Esta prórroga garantiza 10 años más de un fondo para la recuperación de la actividad ovina, así como también la continuidad de programas, como el PROLANA, programas de promoción de consumo de carne ovina, y aportes reintegrables y no reintegrables de apoyo a productores y productoras de este sector.
Con esta iniciativa se permite dejar de hablar de “recuperación del ganado ovino” para poder referirse a “fortalecimiento” de esta producción. Adquiere suma importancia esta ley en la zona patagónica, teniendo en cuenta las afecciones que sufrió Río Negro, y sus productores, principalmente para los de la Región sur, afectados por la sequía, cenizas y nevadas.
Entre los puntos centrales de la nueva Ley Ovina y de Llamas se destaca el plazo de 10 años para que el Poder Ejecutivo incluya en el Presupuesto Nacional un monto anual a integrar en el Fondo Fiduciario para la Recuperación de la Actividad Ovina (FRAO) de 850 millones de pesos. Hasta el pasado 5 de abril, esa cifra era de $20.000.000.
Además, la ley establece el “Régimen para la Promoción, Desarrollo y Consolidación de la Ganadería Ovina y de Llamas”, el cual estará destinado “al desarrollo sostenido de la producción, la transformación y la comercialización de la ganadería y sus productos derivados, a través de la actualización permanente, modernización e innovación de los sistemas productivos, fomentando el desarrollo sostenible de sus potencialidades, el incremento del agregado de valor y la integración horizontal y vertical de todos eslabones de la cadena.