Fernando Cronenbold dijo que dos hombres de «acento raro» lo obligaron a enterrar el cuerpo de Patricia Rendón Rodríguez, en una zona rural a unos 80 kilómetros de Catriel. Agregó que cuando fue al punto de encuentro ya estaba muerta y pensó que lo iban a fusilar a él también. Se trata de un extracto de su declaración ante la jueza de Garantías Agustina Bagniole y las partes que intervienen en el proceso judicial. El hombre está con prisión preventiva por el femicidio de la joven de 31 años, el pasado 28 de junio.

Habló por más de 40 minutos y reforzó la teoría que desplegó su defensor Rubén Antigua en la audiencia de formulación de cargos: dijo que él no la mató y vinculó al crimen a un ajuste de cuentas «posiblemente» por narcotráfico. Para abonar su teoría, que tiene poca credibilidad por parte de los acusadores y mucho menos ante la opinión pública, dijo que Patricia contaba con mucha plata, que la juntó en poco tiempo y que incluso en una oportunidad le pidió ayuda para «apretar» a dos hombres que le debían 300 mil pesos. «Es la única razón que encuentro», indicó.

Tan ficticia resuena su teoría que el propio defensor público que tomó el caso tras su detención, le dijo que nadie le iba a creer. Fue sorpresivo cuando Antiguala en la audiencia de formulación de cargos, horas después de haberse constituido como defensor, dijo que dos personas vinculadas al narcotráfico la mataron y que tenía varias deudas.

Ante la pregunta de su defensor -no contestó preguntas de la fiscalía- indicó que cree que el crimen responde a un ajuste de cuentas vinculado con el narcotráfico.  El imputado relató que Patricia lo invitaba a comer asados continuamente y siempre pagaba ella, algo que le llamaba la atención. Puso dudas sobre cómo conseguía ese dinero. Un tiempo antes del femicidio, Patricia ya era dueña de un local comercial y tenía mucha plata, según dijo el imputado . «Yo le preguntaba de dónde la sacaba y me decía que de la tienda».

Crononbold dio más detalles en la audiencia de hoy sobre esta teoría, pero nada dijo de cómo llegó al punto de encuentro que fue citado, según él, para entregar un dinero que los supuestos secuestradores le pidieron.

Contó que lo llamaron para encontrarse en la zona donde un día después encontraron el cuerpo de la joven de 31 años. Le habían pedido 5 millones de pesos. Fue con $1,2 millones, plata que venía ahorrando para viajar al cumpleaños de 94 años de su abuelo en Bolivia, aseguró.