Cayó 4-2 contra Nacional de Medellín en la ida de los octavos de final de la Libertadores. La revancha, la semana que viene en Avellaneda.

En un partido insólito, por lo cambiante del resultado, Racing perdió 4-2 contra Nacional de Medellín, en el partido de ida por los octavos de final de la Copa Libertadores. La revancha será la semana que viene en Avellaneda y el equipo de Gago, además de tener que remontar una desventaja de dos goles, deberá replantearse seriamente cómo defender: porque en este partido en Colombia, le regaló el triunfo a su rival.

Racing jugó mejor, manejó bien la pelota y controló el partido. Pero fueron los colombianos los que hicieron los goles. ¡Cuatro goles! En un desarrollo que no daba para pensar en semejante contundencia. Pero la Academia se lo permitió con una candidez total para retroceder sin la pelota, para defender las jugadas detenidas, con distracciones que resultaron literalmente imperdonables. Y Nacional no se las perdonó.

En realidad, el único momento en que los colombianos fueron algo generosos con el equipo bonaerense fue cuando estaba 2-0 arriba, Racing desesperado y Nacional más cerca de meterle el cuarto antes que el tercero. Era evidente que estaba al caer y cayó nomás. Lo curioso fue cuándo: iban 38 minutos del segundo tiempo. Ese 3-0 era devastador para el conjunto de Fernando Gago, que ya había mandado a la cancha a Roger Martínez con la esperanza de que las cosas cambiaran a su favor.

Y entre el minuto 39 y el 51 -contando el tiempo de descuento- pasó de todo. Roger generó un penal que Piovi convirtió a los 41 minutos. Y ya pasados los 45, de nuevo Piovi de penal (por cierto, ambos correctamente sancionados por el brasileño Braulio da Silva Machado) puso el 3-2.

Era un precio baratísimo el que pagaba Racing. Estaba para volverse a casa con un resultado eliminatorio y, de repente, había encontrado la mínima diferencia. Pero pecó nuevamente de ingenuo y de cebado. Estaba convencido de que se lo podía llevar puesto y empatar, a pesar de que Gago pedía tranquilidad. Y en una contra, de nuevo con un error defensivo, la pelota le quedó a Cantera mano a mano con Tagliamonte: la picó y selló el 4-2.

No se trata de justos o injustos. Es una eliminatoria de dos partidos y Racing encara la revancha dos goles abajo. Tendrá a favor a su público y la certeza de que tiene más y mejor juego que su rival. Pero defendiendo así, le ahorra el esfuerzo a cualquiera: hacerle cuatro goles termina siendo más sencillo que errarlos.