Derrotó 3-0 a Atlético Nacional de Medellín y remontó el 4-2 que los colombianos habían logrado en el partido de ida. Ahora, la Academia se medirá con Boca.

Racing dio una muestra de carácter y consiguió el resultado que necesitaba: derrotó 3-0 a Atlético Nacional de Medellín y se clasificó a los cuartos de final de la Copa Libertadores donde se medirá nada menos que con Boca.

Los goles que le dieron el triunfo y el pase a la siguiente fase a la Academia fueron convertidos por Roger Martínez, a los 29 minutos del primer tiempo, Ojeda en el arranque del segundo tiempo (cuando se jugaban cinco minutos) y seis minutos después, a los 11, Aguirre en contra puso el 3-0.

Una goleada que Racing mereció ampliamente porque jugó el partido con la seriedad del caso y, por sobre todas las cosas, mostrando que aprendió de sus errores. Porque en el partido de ida, la semana pasada en Medellín, los colombianos se llevaron una victoria 4-2 casi sin darse cuenta, porque la Academia jugó mejor pero le regaló cada uno de los goles que recibió.

Así las cosas, el equipo de Gago, con un apoyo total de su público, tenía en claro que no podía fallar de nuevo. Si le tocase perder, no sería por un concierto de errores. Y lo que se vio fue un concierto de aciertos, porque el equipo no se desesperó y fue al frente en todo momento, controlando el juego desde lo posicional, la tenencia de la pelota y, especialmente, desde lo mental.

Roger Martínez fue el delantero peligroso que todo Racing espera y no solo que abrió el marcador sino que fue el que más forzó a Nacional, que lució desdibujado de principio a fin. Porque mientras la Academia transitó cada uno de sus minutos convencido de que avanzaría de ronda, los colombianos jugaron apichonados, casi con la certeza de que no tenían chances.

Y no la tuvieron. Ni siquiera en el tramo final, cuando Arias se resintió de su lesión y jugó el último cuarto de hora sin estar al 100% de su potencial físico. Pero ni así hubo riesgo. Racing ganó, ganó bien y ahora va por Boca.