La irregularidad de Boca es una de las grandes preocupaciones que tiene Diego Martínez, quien tendrá que solucionar varios problemas si quiere campeonar.

En el fútbol, las derrotas a veces son más que simples números en un marcador; son espejos que reflejan debilidades estructurales dentro de un equipo. Este es el caso de Boca, cuya reciente derrota en el debut de una competencia, algo que no ocurría desde hace ocho años y durante 20 partidos, puso en evidencia una serie de problemas crónicos bajo la dirección de Diego Martínez. Estos «pecados capitales», no solo revelan la irregularidad del equipo, sino que también lo llevan a enfrentar «finales» demasiado seguido, tal como Martínez describió el próximo partido contra Fortaleza en la Bombonera por la Copa Sudamericana.
Uno de los primeros puntos a destacar es la táctica cambiante y muchas veces confusa de Martínez. Los cambios tácticos inesperados, lejos de ser una muestra de adaptabilidad, parecen desconcertar más a los jugadores que a los rivales. En el partido contra Atlético Tucumán, el intento de un 4-2-3-1 resultó en un desorden tal que, incluso en superioridad numérica, Boca fue superado. Los espacios dejados por los xeneizes eran aprovechados eficazmente por los tres atacantes rivales.

Diego Martínez

Diego Martínez

Los siete pecados capitales que tiene el Boca de Diego Martínez

Otro punto crítico es la posición de Fabra. Aunque en el pasado destacó como lateral izquierdo, ahora lo empujan a jugar como volante, donde claramente no rinde igual. Su rendimiento fue insuficiente tanto en la derrota contra Fortaleza como en Tucumán. Los hinchas y hasta Lautaro Blanco, su compañero, se mostraron frustrados con su actuación. «Fabra no jugó en su posición, equivocación del entrenador», criticó el Mono Navarro Montoya en Twitter, defendiendo el talento natural de Fabra como lateral.

La colocación de los centrales también ha sido problemática. La inversión de perfiles entre Figal y Lema, así como la sorprendente decisión de cambiar el perfil de Lautaro Di Lollo, ha desestabilizado la defensa, permitiendo a los rivales explotar estas inconsistencias. «Lo hablamos entre todos, y con la opinión de ellos entendimos que había que iniciar así», justificó Martínez, una explicación que no convence del todo ante los resultados negativos.

Boca perdió en Tucumán y generó preocupación

Boca perdió en Tucumán y generó preocupación

Los pésimos arranques de Boca en los partidos

Además, Boca parece «arrancar dormido» en muchos partidos. Nicolás Figal lo admitió después de la derrota 1-0 ante Atlético: “Tenemos que entrar más despiertos en el primer tiempo, porque cuando te querés acordar ya es tarde”. Sin embargo, Martínez pareció contradecir esta percepción al afirmar que Atlético complicó mucho al equipo con su velocidad. Sin embargo, los números son claros: Boca empezó en desventaja en 11 de los últimos siete partidos.

La dependencia del equipo en Zenón también es un punto crítico. La ausencia de este jugador, por estar «al límite» de su capacidad física, se siente profundamente en el campo, perdiendo Boca desequilibrio y atrevimiento. La diferencia en el rendimiento del equipo con y sin Zenón fue notable especialmente en la visita a Fortaleza.

Diego Martínez

Diego Martínez

La falta de jugadores y el plantel corto

El plantel corto es otra de las preocupaciones de Boca. La ilusión de una formación completamente suplente funcionando en Nacional Potosí se desvaneció en otros encuentros. La falta de recambio experimentado en posiciones clave es palpable, y el equipo no cuenta con alternativas naturales para jugadores como Advíncula, Valentini y Zenón.

Finalmente, el manejo de jugadores «colgados» es un tema delicado. La situación de Nicolás Valentini, una pieza clave sin reemplazo natural para Marcos Rojo, ilustra la complejidad de tomar decisiones financieras que pueden terminar afectando al equipo.