Un perro que tira permanentemente de la correa no solo es molesto, sino que también puede ser peligroso. Acá te dejamos algunos consejos para que le enseñes a tu canino a evitar estos tirones (y te dejamos un regalito para el final de este artículo).
1. PARAR Y SEGUIR CUANDO HAYA TIRONES DE CORREA
Si bien esta alternativa requiere de bastante tiempo, es de las más seguras de que, a la larga, funcionarán. Puede volverse un poco tedioso el entrenamiento de parar y seguir, pero muy útil.
Algunas recomendaciones para hacerlo:
– Siempre quedate quieto sin decir una palabra cuando el perro aprieta la correa. Eso lo irrita.
– Si tu perro gira y viene hacia vos, dale un premio. Si se mueve, no lo sigas, quedate quieto y detenelo usando la correa. Si continúa, probablemente tirará de nuevo y tendrás que detenerte de nuevo.
Incluso si es difícil, tenés que apegarte a esta estrategia. Porque tu perro finalmente entenderá que solo puede seguir corriendo si no tira.
2. USÁ TU PALMA COMO SEÑAL DE «ALTO»
Usá tu mano para evitar que tu perro tire de la correa. Una palma delante de la nariz marca claramente el ritmo. Así es como le indicas a tu perro: «hasta acá y no más».
3. CAMBIO DE RITMO Y DIRECCIÓN
Si el perro tira de la correa, girá inmediatamente y corré en la dirección opuesta. A veces rápido, luego lentamente. Cada vez que el perro comience a tirar, cambiá de dirección o de ritmo. Esto confunde y requiere la concentración del perro. Pero también de vos, porque de ninguna manera debés doblegarte ante su cambio de ritmo o dirección.
Esta caminata incluso puede llegar a ser divertida. Utilizá palabras como «lento», «rápido», «atrás», «adelante», «izquierda», «derecha», «girar». Todo esto tenés que hacerlo con un tono de voz alentadora, no como una orden estricta, sino más bien como un juego.
4. LAS CORREAS Y COLLARES FLEXIBLES SON MITOS
Un perro que ejerce una tensión excesiva sobre la correa no será retenido por un collar. Al contrario: daña la laringe y las vértebras cervicales. Además, la correa flexible es contraproducente porque minimiza el impacto que tiene y le enseña al perro que tirando sacará más de la correa. Hasta que termine el entrenamiento con correa, lo mejor es utilizar un arnés que ajuste perfectamente y distribuya la presión sobre el pecho.
5. SÉ PERSEVERANTE Y PREMIÁ
Si tu perro vuelve a tirar de la correa a pesar del entrenamiento, no te desanimes. Si te mantenés constante con tu estrategia, tu perro aprenderá que no hay otra forma de caminar que hacerlo suelto con una correa. Porque solo entonces habrá una sensación de logro para él, en forma de elogio o recompensa.
Por último, pero no menos importante, es fundamental que adaptes el tiempo de entrenamiento a la edad de tu perro para que no se canse demasiado. Si te interesa seguir educando a tu mascota, te sugerimos que te descargues, de forma totalmente gratuita, este ebook («El encantador de perros», de César Millán).
Esperamos que estos consejos te resulten de mucha utilidad y que puedas enseñarle a tu amigo de 4 patas a caminar sin tirar de la correa.
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