El gobierno nacional promulgó este miércoles en el Boletín Oficial la Ley de Prevención y Control de la Resistencia a los Antimicrobianos, también conocida como Ley de Antibióticos, a través de la cual se busca promover la prevención y el control de la resistencia a ese tipo de medicamentos que, a partir de ahora, tal como ocurre con los psicofármacos, deberán venderse únicamente con receta archivada.

La Ley 27.680 había sido aprobada por unanimidad hace algunas semanas en el Senado y tiene como uno de sus principales objetivos fomentar el uso apropiado de los antibióticos y disminuir su ingesta innecesaria. Según la legislación oficial, corresponde la categoría de «venta bajo receta archivada» a «todas aquellas especialidades medicinales y medicamentos industriales constituidos por principios activos que por su acción sólo deben ser usados bajo rigurosa prescripción y vigilancia médica, por la peligrosidad y efectos nocivos que un uso incontrolado pueda generar».

El uso de antibióticos en cualquier circunstancia y sin regulación puede promover el desarrollo de resistencia, por lo que una de las principales estrategias para limitar y contener esta problemática es la restricción del uso de antimicrobianos a las situaciones en las que sean imprescindibles o insustituibles. Según advirtió oportunamente la ministra de Salud, Carla Vizzotti, cuya firma aparece en el decreto 529/2022 que valida la normativa junto a la de Alberto Fernández y la del Jefe de Gabinete, Juan Luis Manzur, la resistencia antimicrobiana «ya es una de las diez principales amenazas de salud pública a las que se enfrenta la humanidad».

Se trata de un proceso que se produce cuando los microrganismos patógenos que causan enfermedades se vuelven resistentes a los medicamentos que se utilizan para combatirlos. El artículo 3 de la Ley 28.380 considera como «antimicrobiano» a aquel «agente o sustancia derivada de cualquier fuente (microorganismos, plantas, animales, sintético o semisintético) que actúa en contra de cualquier tipo de microorganismo como bacterias (antibiótico), micobacterias (tuberculostáticos), hongos (antifúngicos), parásitos (antiparasitarios) o virus (antivirales)». También explica que «la resistencia a los antimicrobianos (RAM o farmacorresistencia) es el cambio que sufren los microorganismos, sean bacterias, virus, hongos o parásitos, al ser expuestos a antimicrobianos perdiendo los mismos de esta manera su eficacia».