En medio de semanas convulsionadas, el Millonario derrotó por 3-1 al elenco del Viaducto con un blooper y un golazo.
River sacó adelante un momento complejo y venció 3-1 a Arsenal en el Monumental: luego del escándalo que involucró a Martín Demichelis y la supuesta pelea con los referentes del plantel, el elenco local dejó una muy buena imagen en el primer tiempo que no pudo sostener en la segunda e incluso llegó a sufrir en el complemento. Sin embargo, de la mano de un doblete de Borja y un zapatazo de De la Cruz, logró una importante victoria.
Cuando los equipos aún se estaban acomodando y el Millonario se había hecho amo y señor de la tenencia de la pelota, un pase largo de Santiago Simón motorizó la insólita apertura del marcador: el balón le llegó a los pies al delantero colombiano, quien, exigido, solo atinó a arrojarse al piso. Casi desde 20 metros, el remate forzado pasó por encima de la humanidad del arquero Alejandro Medina y los locales, a los 2 minutos, ya estaban en ventaja.
Sin ser tan incisivo como al inicio, River se floreó y generó un clima distinto entre los hinchas luego de varias semanas tensas: el gesto del artillero tras anotar el tanto inicial, con abrazo al DT incluido, así como también la tesitura del encuentro, descontracturaron el ambiente por completo. Los anfitriones sacaron el pie del acelerador, pero siempre con el pleito bajo control.
En el complemento, el Arse dejó entrever una cara distinta en comparación al resto del partido. En tan solo 15 minutos, consiguió construir varias acciones de peligro: Adrián Sporle lanzó un centro rasante y preciso para Leandro Moreira, que perdió la vista de la pelota de manera insólita y no pudo empujarla con el arco vacío. En la jugada siguiente, Juan Bautista Cejas, uno de los que había ingresado tras el entretiempo, ejecutó un envío aéreo con comba que acabó por colarse en la escuadra ante la reacción tardía de Franco Armani.
River lució golpeado y sin reacción ante el embate de los del Viaducto, que con una serie de incursiones ofensivas generaron zozobra. Los fanáticos millonarios pasaron de la calma absoluta al aliento desmedido esperando una respuesta del equipo, que una vez más tuvo inconvenientes en las transiciones y descompensaciones graves en el retroceso. El golero de la Selección Argentina, incluso, fue protagonista de un par de salvadas tras su responsabilidad en el descuento.
Aún así, el despertar del cuadro de Sarandí sirvió de poco ante la jerarquía individual de su rival. El árbitro Fernando Espinoza cobró penal tras una revisión del VAR ante una mano clara en el área y Borja -que no dejó patear a Manu Lanzini-, desde los doce pasos, estampó el 3-1 del alivio. Apenas un rato después, el local exhibió su fragilidad defensiva y dejó a las claras su principal flagelo ante una nueva oportunidad clara para Arsenal que no terminó en gol por poco.
El cierre del cotejo lo tuvo a Enzo Pérez en el foco: el ídolo creó una deliciosa pared con Facundo Colidio que terminó estrellando en el travesaño y, luego, salió reemplazado para ganarse la ovación de todo el estadio. Con mucho que crecer desde varios aspectos, pero con una primera mitad de ensueño, la Banda consiguió un triunfo clave para empezar a reencauzar el rumbo en la Copa de la Liga.
Formación de River: Franco Armani; Santiago Simón, Paulo Díaz, Ramiro Funes Mori, Milton Casco; Enzo Pérez, Nicolás de la Cruz; Ignacio Fernández; Manuel Lanzini; Esequiel Barco y Miguel Borja. DT: Martín Demichelis.
Formación de Arsenal: Alejandro Medina; Lucas Brochero, Néstor Breitenbruch, Joaquín Pombo, Ignacio Gariglio, Adrián Sporle; Alfredo Amarilla, Gonzalo Muscia, Braian Rivero; Lautaro Guzmán y Leandro Moreira. DT: Federico Vilar.
Cancha: Estadio Monumental.
Árbitro: Fernando Espinoza.