Luego de la derrota de la T en tierras brasileñas, la policía del lugar terminó agrediendo a los jugadores del conjunto cordobés.
La reciente derrota de Talleres de Córdoba ante San Pablo en el Morumbí no solo significó la pérdida del liderazgo en su grupo de la Copa Libertadores, sino también un episodio lamentable de violencia y controversia. La derrota por 2-0 dejó a Talleres clasificado a los octavos de final como segundo, pero lo que realmente marcó la jornada fueron los incidentes protagonizados por la policía brasileña y los jugadores del conjunto cordobés.
Qué pasó en el Morumbí
«Son cosas que no tienen por qué suceder. Yo estaba hablando con el árbitro sobre el penal que se repitió y pasó lo de la reacción», explicó Herrera en conferencia de prensa.
Tras el pitido final, la situación se intensificó aún más. Tanto Morales como Juan Camilo Portilla fueron retenidos por la policía para declarar sobre los disturbios. Con la intervención del consulado argentino en San Pablo, los jugadores fueron liberados tras aceptar pagar una multa de 10.000 reales cada uno. «Me llamó la atención con la frialdad que lo hicieron, pero siempre es lo mismo, cada vez que los equipos argentinos vienen acá se van de esta manera», comentó Herrera en su entrevista con ESPN.
El diario brasileño O’Globo informó que los jugadores fueron detenidos por desacato y tuvieron que pasar por una audiencia en el Juzgado Especial en lo Civil y Penal (Jecrim) antes de ser liberados. «La justificación es que ante cualquier insulto te quieren retener. Yo no sé si el policía está dando declaración, debe estar en su casa tranquilo; y fue el que generó todo, porque sino no pasaba nada», expresó Herrera.
La queja de los jugadores de Talleres luego de los incidentes
El colombiano Portilla también expresó su indignación: «Muy caliente… La verdad que dar un precedente por la Policía brasileña, nos irrespetaron mucho. Son cosas que pasan en el partido entre jugadores y quedan allí. Salimos del campo y ellos nos agreden. Entonces, para dejar un precedente que tengan en cuenta eso. La verdad que una falta de respeto, nos han tratado muy mal».
El delegado brasileño César Saad explicó la versión de la policía local, alegando que los deportistas fueron a quejarse ante el árbitro y que la policía estaba brindando protección. «Se nota que el árbitro retrocedió un poco, los policías crearon una barrera con sus escudos y el portero empezó a quejarse de que el escudo lo había tocado», declaró Saad.
No es la primera vez que ocurren incidentes similares en Brasil. Recientemente, hubo problemas en el Estadio Maracaná durante un partido entre las selecciones de Argentina y Brasil, cuando la policía decidió detener el inicio del encuentro debido a disturbios en las tribunas.