El gobierno acordó con las petroleras a fines de noviembre un cronograma de aumentos mensuales de 4% entre diciembre y febrero y de 3,8% en marzo como parte de un plan destinado a desacelerar la inflación. El primer ajuste se aplicó el 3 de diciembre y las petroleras tienen previsto volver a ajustar sus precios el próximo martes 3 de enero.
Sin embargo, fuentes oficiales indicaron que desde el Ministerio de Economía están gestionando con YPF, la petrolera controlada por el propio gobierno, que el incremento de precios se difiera hasta mediados de enero. Como la empresa controla casi un 60% del mercado de naftas y gasoil se sobreentiende que si YPF no aumenta el resto —Axion Energy, Raízen y Puma— no podrá hacerlo.
En el gobierno reconocen que en enero está previsto un aumento de 4%, pero afirman que no se explicitó que tenía ser a principios de mes. Por eso, en las últimas horas pidieron que esperen una o dos semanas hasta instrumentar la suba. La decisión final, sin embargo, aún es incierta y dependerá, en gran medida, de qué posición tome la línea política de YPF encabezada por Pablo González. Si prima la intención de cuidar los números de la compañía, debería actualizar los precios en los surtidores en las próximas horas. Si se impone la visión política de acompañar la línea que bajan desde el Ministerio de Economía, es probable es que la suba se postergue.
La negociación que se llevó adelante a fines de noviembre fue tensa y terminó derivando en un acuerdo de palabra. Por lo tanto, no está explicitado en ningún documento cuándo deben aumentar los combustibles. Sí está confirmado que en las próximas horas la Secretaría de Energía publicará en el Boletín Oficial que la actualización del Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL), que estaba prevista para el 1 de enero de 2023, se postergará por tres meses.